domingo, 11 de noviembre de 2012

La cosmovisión de la danza en contra del materialismo



“Algunos físicos preferirían regresar a la idea de un mundo real objetivo cuyas más pequeñas partes existen objetivamente en el mismo sentido que existen las piedras o los árboles independientemente de que los observemos o no. Esto como quiera que sea es imposible”.

 Werner Heisenberg
(Premio Nóbel por el Principio de Incertidumbre)

Como se imaginarán, después de escribir los capítulos anteriores, me es difícil doblegarme con noble resignación a cualquier dialéctica materialista y establecer, a la vez, mi relación ontológica con los fundamentos que en ellas se establecen. Cierto, estoy convencida de que el cambio debe ser cultural-espiritual y el cual pasa por la transformación del sistema de pensamiento dominador… luego de la Interpretación de Copenhague, liderado por el “principio de incertidumbre” de Heisenberg (1936); y por los demás principios de la física cuántica que se instituyeron a raíz de dicha presentación ante toda la comunidad científica mundial. El enorme cambio de un paradigma a otro, obligatoriamente, incumbe al sistema educativo y a la cultura universal que lo genera. No es con “pan y circo” que vamos a comprender y aceptar de qué se trata el cambio. Tumbar el tinglado mercantilista derivado de la física obsoleta, así como la estructura mental, material, económica y financiera de ese diabólico y macabro sistema, que nos atornillaron en la psiquis desde que nacimos y ya con más de 400 años de dominación, a pesar de la física cuántica (relativista o no) no es fácil.

No estoy diciendo que tenemos que vivir como los indígenas originarios de América, ni como los hindúes de antes o los de hoy, conviviendo con monos, elefantes, toda suerte de animales y muy divididos en castas… con peores consecuencias que la lucha de clases en la ideología de Marx. No obstante, por lo menos los hindúes han encontrado su manera y forma de ser felices, y yo comparto su cosmovisión inherente a Shiva así como cientos de otras cosas escritas en los Upanishads. Lo cual no quita que yo sea atea. Igualmente me identifico con los budistas Zen, y qué casualidad… todos ellos sí admiten los paralelismos entre la física cuántica y su propia cosmovisión.

Especialmente en lo que se refiere al movimiento: “La Danza Cósmica de la Naturaleza”, como la presenta Fritjof Capra en “El Tao de la Física” y a la conciencia del observador, enredada en sus percepciones de la realidad. Yo no sé cuántas veces voy a repetirlo, la verdad es que esos países, especialmente China, son potencias mundiales con tecnologías para admirar con asombro. Ellos sí saben convivir con su grandiosa cultura ancestral y avanzar con pasos agigantados en la ultra-modernidad. Miren sus incomparables danzas en la apertura de Beijing, que hablan por sí solas de su acervo cultural yendo de la mano con aquellas monumentales obras arquitectónicas y tecnológicas.






Todos los países del mundo tienen problemas a resolver en lo social. Sin embargo, no se puede comparar a aquellas naciones con más de mil millones de habitantes que trabajan como hormigas y en donde los reposeros son bien chequeados, con los nuestros en vías de desarrollo que están harto transculturizados. Convertidos en consumistas impulsivos de lo que ciertamente nunca necesitan; apátridas esclavizantes y esclavizados… y todavía creyendo que su estándar de vida no debe seguir ningún modelo igualitario y justo del gobierno nacional; sin importarles un bledo las barriadas míseras del país y cuando en su situación vital nunca estuvieron mejor. ¡O sea que van para el cielo y van llorando, pero, sí, muchos acuden al PSUV! Me consta. Por eso no me interesa ningún modelo materialista y menos si no va de la mano de su cultura autóctona, acumulada desde los tiempos más remotos hasta hoy. Habría que conciliar, o inventar, algún modelo cuya cosmovisión del mundo y la vida pueda interpretar la realidad conforme con los últimos descubrimientos científicos y avances tecnológicos. Filósofos e intelectuales, vean bien cómo van a resolver ese asunto, que pasa por entender difíciles problemas matemáticos y geométricos (como la esfera de Riemann y sus planos complejos de los que surgen las infinitas dimensiones-direcciones en las que interactúan todos los procesos-sistemas cuánticos). ¿Qué tienen ustedes que decir con respecto a las realidades alternativas no comprobables? ¿Cómo responderán a los misterios sin resolver de la nueva física, siendo el más importante por qué somos si no somos? La cosmovisión de la danza versus el materialismo, con la percepción y situación vital del individuo preparado en este asunto y al que le dedica toda su vida, se basa en que el movimiento, por sí mismo, es el gran movedor y al que los hindúes llaman Rey Shiva. Del movimiento se produce la masa y energía suficiente para que seamos, incluso obcecados como para insistir en el campo Higgs y su partícula, que, supuestamente, otorga masa a nuestros bloques constructores y es la propia partícula de Dios. En cambio, la gravedad, como geometría curva del espacio-tiempo de Einstein, con poder atractivo según la masa y la energía contenidas en él, nos ofrece cierta solución sin tener que entrar en un Agujero Negro, pero no resuelve por qué tenemos masa para no ser mera ilusión. Y, si el movimiento es el productor de la masa, todavía quedaría sin resolver por qué el movimiento es inherente a la con-ciencia omnipotente. No estoy escribiendo necedad como lo dejan entrever algunos premios Nobel, Wolf y otros opuestos a Penrose. Hay ese problema del contenedor de la conciencia del observador y los procesos del gran universo. Si la conciencia tiene las mismas propiedades que la gravedad para crear, o percibir este mundo de la manera como lo hacemos, la entera naturaleza y la protoconciencia está contenida en cada átomo que nos conforma: lo que llaman el ADN Cósmico.

Claro que la naturaleza, según los objetivistas, desde La Gran Explosión hasta hoy, emergió y se desplegó en el espacio-tiempo con la más inédita violencia. Esa violencia debe estar inscrita como una marca en el ADN de todo lo que existe, excepto que tal agresividad no se observa en su estado cuántico. ¿Cómo puede ser tal contradicción? El principio fundamental de todas las artes del movimiento es el autodominio interno total, aunque uno ande molesto por ciertas pendejadas que no valen la pena mencionar aquí pero a las que me referiré en el próximo capítulo. La urgencia de resolver todo lo planteado por la nueva ciencia, implica solucionar la crisis epistémica: el mundo vida de la supuesta “humanidad”, y por la misma vía todo el sistema de pensamiento en rigor, automáticamente sería reemplazado por otro distinto al materialismo. Ese es el meollo de la interpretación filosófica, si es que ha de subsistir en la nueva física, la cual se debate entre la ilusión y la realidad material. O, ¿cómo explicar los tantos experimentos en súper-colisionadores de partículas, superconductores, etc., que buscan las respuestas a este asunto? Es obvio que esa urgencia requiere de superiores tecnologías para, al fin, saber por qué el universo es… si no es. 



5 comentarios:

  1. Hay un viejo Koan Zen que dice: "¿Cuál es el sonido de un árbol que cae en un bosque solitario?"... Otra forma de plantearlo es: ¿Existe el sonido si no hay quien lo escuche?... Los objetivistas no podrán dar una respuesta coherente a esta pregunta. Aquí sólo la física cuántica es la que puede ofrecer respuestas.

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  2. Hace ya más de cien años que la física cuántica comenzó a surgir como un nuevo paradigma alternativo y complementario a la mecánica newtoniana. A pesar de ser un conocimiento ya centenario, la mayoría de nosotros permanecemos ajenos a los nuevos supuestos que han emergido con ella.
    Tulio E. Mancilla G.

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    1. La mecánica cuántica no es un paradigma alternativo ni complementario a cualquier otro. Barrió con la de Newton, apenas tiene 80 años y no son "nuevos supuestos que han emergido de ella". Toda la tecnología ultramoderna se debe a la física cuántica, incluyendo esta vía por la que me escribe su comentario y el celular por el que habla. Los superconductores, supercolisionadores cuestan cientos de millones de dólares, no van a gastar ingentes fortunas sobre "SUPUESTOS". La teoría cuántica ha sido la base para sus COMPROBACIONES, por eso es Física cuántica unida a Cosmología; en consecuencia es el NUEVO PARADIGMA CIENTÍFICO

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  3. La teoría cuántica supone una verdadera revolución del pensamiento porque es capaz de tocar el misterio de la existencia, y ofrecernos una nueva percepción de la realidad llena de magia y autorresponsabilidad. Es una nueva visión que nos hace completamente responsables de lo que nos ocurre en nuestra vida; que nos hace conscientes del verdadero poder de nuestros pensamientos.

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